lunes, 25 de mayo de 2009

Que no se me da

... y asi sin mas, vino hacia mi, como cada día después del trabajo. Su nombre, no lo pronuncie esta vez, la tortura, ese fue mi castigo. Si el seguia dando de comer, yo debia obedecerlo y aceptar cualquier cosa que me diera, pues lo que el daba era la sabiduria, la sabiduria en su estado más puro, la que todo hombre busca hasta el cansancio y yo, la recibía a diario, a cambio, estaba entregando mi vida entera...

1 comentario:

Alejandra dijo...

Excelentee una y otra vez te lo digoo jeje...
me avisas cuando tengas nuevas entradas. saleee
Te quieroo mucho sister, asi sigueee...